Viaje de invierno

«Viaje de invierno narra la experiencia de un hombre desengañado que busca su salvación en el seno de una naturaleza agreste y solitaria. Largas caminatas, acuarelas y meditaciones sobre su pasado constituyen el frágil entramado sobre el que pretende levantar una existencia alejada de las inseguridades de la vida en sociedad. La súbita aparición de una extraña joven pondrá en evidencia la inconsistencia de sus proyectos de aislamiento.»

(Bubok, 2009, 184 pp.)

El libro puede encontrarse aquí: Bubok

 

 

 

• Reseña de Francisco Hermoso de Mendoza, en⇒ Devaneos

«En el momento en que alcanzaba dicho collado y me disponía a iniciar el descenso, escuché unas detonaciones lejanas. Abandoné el camino y trepé por uno de los taludes laterales hasta una altura cercana. Allá en el fondo del valle podía divisarse el pueblo. En su parte más alta, por encima de las luces ordinarias de las calles, brillaban las coloridas bombillas del ferial, y más arriba aún, en el cielo, relampagueaban los fuegos de artificio. Me senté en el tronco de un árbol y me dispuse a observar. A pesar de la distancia el espectáculo resultaba magnífico, sobre todo cuando uno de los cohetes alcanzaba gran altura o explosionaba con especial derroche de color. Entonces, la profunda oscuridad que me rodeaba se atenuaba, iluminándose momentáneamente las copas de los árboles que se extendían a mis pies. Otras veces los resplandores permanecían ocultos a mi vista, y sólo el ronco murmullo de la pólvora indicaba que la actividad continuaba allí a lo lejos. El sonido me llegaba con retraso, desarticulado, y luego proseguía hasta las solitarias montañas situadas a mis espaldas, que me lo devolvían a su vez con tonos apagados, casi tétricos. Era el último día de fiesta